Ciclo de nutrientes

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Ciclo de nutrientes

Escrito el: 2024-08-10 por: F.B. Cerezo

Tan importante como entender los procesos de la creación de la vida, es entender los procesos de descomposición de las estructuras que la han perdido. En el caso de las plantas, se trata de procesos de desarticulación de estas estructuras en pequeños elementos, que volverán a recircularse con la participación de multitud de organismos; es lo que denominamos el ciclo de los nutrientes.

Este ciclo involucra la transformación y movimiento de nutrientes esenciales, como el nitrógeno, fósforo, potasio, carbono y otros oligoelementos, a través de diversos componentes del ecosistema, incluidos el suelo, las plantas, los microorganismos y los animales. Estos nutrientes son necesarios para el crecimiento y desarrollo de las plantas, que a su vez sustentan a una gran variedad de organismos.

El ciclo de nutrientes en el suelo abarca procesos bioquímicos complejos, como la mineralización, humificación, intercambio catiónico, y descomposición, que son facilitados por la actividad de microorganismos y la interacción entre la materia orgánica e inorgánica.

Entender el ciclo de nutrientes en el suelo es esencial para la agricultura sostenible, ya que permite la optimización del uso de fertilizantes y la implementación de prácticas de manejo del suelo que promuevan la salud del ecosistema. También es crucial para la conservación del medio ambiente, ya que los ciclos de nutrientes están estrechamente vinculados con la calidad del agua y la mitigación del cambio climático. La correcta gestión de los nutrientes del suelo puede prevenir la eutrofización de cuerpos de agua y reducir la emisión de gases de efecto invernadero, contribuyendo a la sostenibilidad global.

1.Descomposición

La descomposición es un proceso biológico fundamental que desempeña un papel crucial en el ciclo de nutrientes y en la sostenibilidad de los ecosistemas. Se refiere a la desintegración de la materia orgánica en sus componentes más simples, permitiendo la liberación de nutrientes esenciales como carbono, nitrógeno, fósforo y otros oligoelementos de vuelta al medio ambiente. Este proceso es llevado a cabo principalmente por microorganismos descomponedores, incluidos bacterias y hongos, así como por invertebrados como lombrices y artrópodos. La descomposición no solo facilita el reciclaje de nutrientes, sino que también contribuye a la formación del suelo y a la regulación de la calidad del mismo. Comprender la descomposición es esencial para la gestión ambiental, la agricultura sostenible y la conservación de los ecosistemas, ya que influye directamente en la productividad del suelo, la calidad del agua y el balance de gases en la atmósfera.

Es importante decir, que para que la descomposición se lleve a cabo, son importantes tres factores:

·       En primer lugar, la humedad es el factor más importante que debe presentarse para que los ciclos de descomposición se lleven a cabo. Sin la humedad necesaria, muchos macro y micro organismos no son capaces de sobrevivir y por lo tanto, de cumplir su función en la descomposición de la materia orgánica.

·       En segundo lugar, la radiación solar es un factor para tener en cuenta. El sol quema y seca. Como ya hemos mencionado antes, la humedad es necesaria. Toda materia orgánica expuesta al sol pierde la humedad e inicia un proceso de descomposición químico y no biológico, llamado oxidación. Esto hace que la materia se torne de un color grisáceo. El ejemplo más típico que se puede observar, son los restos de plantas en las temporadas estivales que reciben radiación solar. Por otra parte, muchos organismos que intervienen en los procesos de descomposición lo hacen en ausencia de radiación solar, un buen ejemplo son las lombrices, pero prácticamente la gran mayoría de los organismos prefieren trabajar a la sombra. Es por eso por lo que el mulching o acolchado es tan importante en los sistemas de regeneración de suelos, no solo evita la evaporación del agua, sino también permite a muchos organismos protegerse de la radiación solar.

·       En tercer lugar, el contacto con el suelo es fundamental para que este proceso se lleve a cabo. Es fácil observar las praderas en los periodos de mayor exposición solar, donde las plantas o las ramas de los árboles muertas que no llegan a tener contacto con el suelo sufren oxidación por la radiación solar y se tornan de color gris. Como ya hemos dicho antes, este proceso no es una descomposición biológica. El contacto con el suelo permite que la parte que se encuentra fuera del alcance de los rayos del sol y del viento se descomponga.

Por último, la descomposición de la materia orgánica es un proceso en el que intervienen millones de organismos, no es un proceso lineal, lo que hace que sea difícil de esquematizar por completo. Es por ello que, para simplificarlo un poco, en los siguientes apartados se incidirá en los procesos que realizan los hongos y las bacterias, que son los que se encargan de finalizar los procesos de descomposición para que lo minerales se encuentren disponibles para las plantas. Pero eso no quiere decir que los demás individuos no sean importantes en este proceso. La interacción conjunta de todos los estos organismos y sus relaciones entre sí, son la clave del proceso de descomposición.

La materia se compone principalmente de dos compuestos:

·       Las proteínas, que es de lo que mayormente se componen los materiales más verdes como la hierba, las hojas, los tallos verdes etc… y son descompuestas esencialmente por las bacterias. Este proceso se denomina mineralización.

·       Los polímeros de difícil descomposición, como pueden ser la lignina o la celulosa, hemicelulosa, etc. que están presentes en materia seca como la paja, en la madera, en las hojas secas, etc... son materiales que son descompuestos principalmente por los hongos. Este proceso se llama humificación.


2. Humificación

La humificación es un proceso esencial y multifacético en la formación y el mantenimiento de suelos fértiles. Aquí se detalla aún más este proceso, incluyendo las interacciones químicas, biológicas y físicas que ocurren:

Descomposición Inicial:

·       Fragmentación Mecánica:

o   Acción de Macroorganismos: Organismos como lombrices, insectos, y otros invertebrados fragmentan la materia orgánica en trozos más pequeños, aumentando la superficie expuesta a los microorganismos.

o   Digestión y Excreción: Estos macroorganismos digieren parcialmente la materia orgánica, liberando residuos que son más accesibles para los microorganismos.

·       Descomposición Bioquímica:

o   Microorganismos Pioneros:Bacterias y hongos comienzan la descomposición de compuestos fácilmente degradables como azúcares, aminoácidos, y ácidos grasos.

o   Enzimas Extracelulares: Los microorganismos secretan enzimas que rompen las moléculas orgánicas en fragmentos más pequeños y solubles.

Formación de Humus:

·       Condensación y Polimerización:

o   Reacciones Químicas: Los compuestos orgánicos parcialmente descompuestos, como ácidos fúlvicos y ácidos húmicos, sufren reacciones de condensación y polimerización, formando moléculas más grandes y complejas.

o   Interacciones Químicas: Se forman enlaces entre moléculas orgánicas y minerales del suelo, estabilizando el humus.

·       Estabilización del Humus:

o   Resistencia a la Descomposición: El humus es resistente a la descomposición ulterior debido a su estructura compleja y la formación de enlaces estables con minerales del suelo.

o   Tiempo de Resistencia: El humus puede permanecer en el suelo durante décadas o siglos, actuando como una reserva de nutrientes a largo plazo.

Este proceso es un retraso de la mineralización, ya que esta materia se va a descomponer muy lentamente, creando el humus.

Características del humus

  • Composición Química: El humus contiene una mezcla de sustancias como ácidos húmicos, ácidos fúlvicos y huminas, cada una con características y roles específicos en el suelo.
    • Ácidos Húmicos: Son moléculas grandes, de color oscuro, con alta capacidad de retención de nutrientes y agua.
    • Ácidos Fúlvicos: Son más pequeños y solubles en agua, facilitando la absorción de nutrientes por las plantas.
    • Huminas: Son las fracciones más recalcitrantes y estables del humus.

3. Mineralización 

La mineralización es un proceso fundamental en el ciclo de los nutrientes, mediante el cual la materia orgánica es descompuesta y transformada en compuestos inorgánicos por la acción de microorganismos. Este proceso es crucial para la liberación de nutrientes esenciales que las plantas pueden absorber y utilizar. Aquí se describe el proceso de mineralización en detalle:

 Etapas del Proceso de Mineralización

1.  Descomposición de la Materia Orgánica:

  • Fragmentación Inicial: Los detritos orgánicos (restos de plantas y animales) son fragmentados por macroorganismos como lombrices e insectos. Esta fragmentación aumenta la superficie expuesta a los microorganismos descomponedores.
  • Digestión Extracelular: Microorganismos, principalmente bacterias y hongos, secretan enzimas extracelulares que rompen las moléculas orgánicas complejas en compuestos más simples y solubles.

2.  Conversión de Compuestos Orgánicos en Inorgánicos:

  • Catabolismo Microbiano: Los microorganismos catabolizan los compuestos orgánicos, liberando energía y nutrientes. Durante este proceso, las moléculas orgánicas se descomponen en productos más simples.
  • Oxidación de Compuestos: En presencia de oxígeno, los compuestos orgánicos son oxidados, resultando en la liberación de dióxido de carbono (CO2), agua (H2O) y nutrientes minerales.

La materia orgánica es transformada en minerales simples que están disponibles para las plantas. Para entender esto es necesario adentrarnos un poco en las bases de la química.

Toda sustancia está formada por átomos. Los átomos son la unidad más pequeña de un elemento. Imaginémonos para simplificarlo, un átomo con forma redondeada como si fuera un planeta. Los átomos poseen un núcleo en su interior que posee protones (partículas con carga positiva)  y neutrones (los cuales no tienen carga) y girando  a su alrededor como si fueran sus lunas, se encuentran los electrones (que tienen carga negativa) a los que les gusta ir en pares.

La órbita de los electrones alrededor del átomo se conoce como órbita de valencia. Como a estos electrones les gusta compartir sus órbitas y van de aquí para allá, los átomos casi nunca son simples. Cuando hay vacantes de electrones, otros átomos vienen a completar el par, uniéndose dos o más átomos y formando moléculas.

La molécula es la unidad más pequeña de una sustancia, que conserva las propiedades de esa sustancia (Lowenfels, 2013). Por ejemplo, la molécula de agua H2O que todos conocemos, está formada por dos átomos de Hidrogeno (H) y un átomo de oxigeno (O).

Hasta aquí bien, entonces ¿qué pasa con los minerales que nos interesan para la nutrición de las plantas? Pues bien, la mayoría de los átomos son eléctricamente neutros, es decir que tienen el mismo número de protones en su núcleo con carga positiva (+) que de electrones en su órbita con carga negativa (-). Sin embargo, los átomos pueden ganar o perder electrones, lo que les confiere una carga. Estos se denominan iones. Que son los que nos interesan.

Los iones pueden dividirse en dos grupos:

·       Cationes: Un catión es un átomo o molécula que ha perdido uno o más electrones, adquiriendo así una carga positiva. Para identificarlo se le añade un (+) y un numero después refiriéndose al número de cargas positivas que tenga de mas. Por ejemplo, un ion de hierro se simboliza con Fe2 +2, esto quiere decir que posee dos átomos de hierro y dos cargas positivas. En el suelo, los cationes son cruciales para la estructura del suelo, la nutrición de las plantas y diversas reacciones químicas.

 

Principales Cationes en el Suelo

1.  Calcio (Ca²):

o   Función en el Suelo: El calcio ayuda a mejorar la estructura del suelo al promover la agregación de partículas del suelo, lo que mejora la porosidad y la aireación.

o   Función en las Plantas: Es esencial para el crecimiento y desarrollo de las plantas, jugando un papel crucial en la formación de paredes celulares y la estabilidad de las membranas celulares.

2.  Magnesio (Mg²):

o   Función en el Suelo: Actúa como un puente entre las partículas del suelo y la materia orgánica, ayudando a estabilizar la estructura del suelo.

o   Función en las Plantas: Es un componente central de la molécula de clorofila y es esencial para la fotosíntesis y la activación de muchas enzimas.

3.  Potasio (K):

o   Función en el Suelo: Ayuda a retener la humedad del suelo y mejora su capacidad de intercambio catiónico (CEC).

o   Función en las Plantas: Es crucial para la regulación osmótica, la síntesis de proteínas y la activación de enzimas. También juega un papel en la apertura y cierre de estomas, lo que regula la transpiración.

4.  Sodio (Na):

o   Función en el Suelo: Aunque no es esencial para la mayoría de las plantas, el sodio puede afectar la estructura del suelo, especialmente en suelos salinos donde puede llevar a la dispersión de partículas del suelo y la pérdida de estructura.

o   Función en las Plantas: Es necesario en pequeñas cantidades para algunas plantas, pero en exceso puede ser tóxico y causar problemas osmóticos y de absorción de agua.

5.  Amonio (NH4):

o   Función en el Suelo: Es una fuente importante de nitrógeno para las plantas. Puede ser absorbido directamente por las plantas o ser convertido a nitrato (NO3⁻) a través de la nitrificación.

o   Función en las Plantas: Es una fuente de nitrógeno esencial para la síntesis de aminoácidos, proteínas y otros compuestos nitrogenados.

6.  Hierro (Fe² y Fe³):

o   Función en el Suelo: El hierro participa en la formación de minerales del suelo y en la disponibilidad de nutrientes.

o   Función en las Plantas: Es crucial para la síntesis de clorofila y actúa como cofactor en muchos sistemas enzimáticos.

·       Aniones: Un anión es un átomo que ha ganado electrones, adquiriendo una carga negativa. Para identificarlo se le añade un (-) y a continuación el número de cargas negativas de más. Por ejemplo, la molécula de Nitrato (NO3- ) posee un átomo de nitrógeno, tres átomos de oxigeno  y una carga negativa.

 

Principales aniones en el suelo

1.  Nitrato (NO₃⁻): Es una de las formas principales en las que el nitrógeno se encuentra disponible para las plantas. El nitrato es muy móvil en el suelo debido a su carga negativa, lo que significa que no se adhiere fácilmente a las partículas del suelo, que también suelen tener carga negativa. Como resultado, puede ser fácilmente lixiviado, especialmente en suelos arenosos o bajo condiciones de lluvias intensas, lo que puede llevar a la contaminación de las aguas subterráneas.

2.  Fosfato (PO₄³⁻): Es una fuente clave de fósforo para las plantas. A diferencia del nitrato, el fosfato tiende a unirse fuertemente a las partículas del suelo, especialmente en suelos que contienen altos niveles de hierro, aluminio o calcio. Esto puede hacer que el fósforo sea menos disponible para las plantas, ya que queda inmovilizado en el suelo.

3.  Sulfato (SO₄²⁻): Es la forma en la que el azufre está disponible para las plantas. Al igual que el nitrato, es relativamente móvil en el suelo, aunque no tanto como el nitrato. El sulfato es necesario para la síntesis de proteínas y otras funciones vitales en las plantas.

4.  Cloruro (Cl⁻): Aunque es necesario en pequeñas cantidades para las plantas, el cloruro puede ser tóxico en concentraciones más altas. Es muy móvil en el suelo y, por lo tanto, puede acumularse en áreas con baja precipitación o en suelos con drenaje deficiente.

5.  Carbonato (CO₃²⁻) y Bicarbonato (HCO₃⁻): Estos aniones están relacionados con la alcalinidad del suelo. Su presencia puede influir en el pH del suelo, afectando la disponibilidad de otros nutrientes.

Estos iones son los que realmente están disponibles para las plantas, son la mínima expresión a la que puede llegar la descomposición de la materia orgánica, que será utilizada por las plantas para formar nuevos cuerpos, que en el futuro volverán a volver a estar en contacto con el suelo y volverán a descomponerse para volver a realizar el ciclo.

Llegados a este punto me gustaría puntualizar algo. Los abonos químicos están compuestos únicamente de estos iones ya formados y disponibles para las plantas. ¿Qué es lo que ocurre cuando añadimos únicamente estos abonos?

Bueno, digamos que tu participación como ser humano en esta cadena de interacción es ofrecer a las plantas el producto ya terminado. Además de eliminar todo resto orgánico de la superficie del suelo y dejarlo desnudo a merced del viento, la lluvia y el sol, evitando así el proceso de descomposición. ¿Te suena? ¿Qué pasa entonces?

La consecuencia de tu intervención es que el trabajo de los organismos descomponedores ya no es necesario. Aquí ya no pueden vivir, ni trabajar, ni alimentarse, por consiguiente, desaparecen. En el suelo, solo quedan aquellos organismos que son capaces de subsistir a pesar de tus constantes intervenciones, como por ejemplo los hongos, que no son solo saprófitos, sino también parásitos. Estos organismos, en ausencia de materia orgánica que descomponer se alimentan de plantas vivas. Además, sin otra competencia, campan a sus anchas. Pero bueno esto es otro tema.

La intervención de los animales

Los animales, sobre todo los herbívoros intervienen también en el proceso de descomposición. Su intervención es crucial. En especial los rumiantes. Estos grandes descomponedores se alimentan de materia orgánica, hierba, paja, al fin y al cabo, de proteínas, celulosa, lignina... 

No se pretende hacer hincapié en la descripción de la digestión en los rumiantes, pero si mencionar su importancia. Los rumiantes y otros animales van a adelantar la descomposición de la materia orgánica, sobre todo en lugares donde la humedad no está presente todo el año y van a inocular en el suelo parte de los organismos que están presentes en su interior. La humedad del interior de sus cuerpos va a permitir esa descomposición.

Es precisamente en los lugares más secos, donde más necesarios son, ya que la humedad no está presente todo el año. Y precisamente en España, por ejemplo, es donde están desapareciendo. Las bostas resultantes al proceso de digestión van a suponer un alimento muy importante para los organismos descomponedores del suelo.

Los animales no solo aportan la humedad, sino que también ayudan a que las plantas entren en contacto con el suelo, otro de los requisitos de los que hemos hablado antes. Mediante el impacto con las pezuñas van a pisar todo aquello que está muerto en pie y ponerlo a disposición de los microorganismos para iniciar la descomposición.

5. Complejo Arcillo-Húmico

El complejo arcillo-húmico es una estructura clave que resulta de la interacción entre las arcillas y la materia orgánica (principalmente humus). Esta combinación forma una estructura estable que tiene un papel crucial en la retención de nutrientes, la estructura del suelo y el intercambio catiónico.

Composición:

Arcillas: Son partículas minerales muy finas que tienen una carga negativa en su superficie, lo que les permite atraer y retener cationes (iones con carga positiva) como calcio (Ca²), magnesio (Mg²), potasio (K), y sodio (Na).

Humus: Es la fracción de materia orgánica del suelo que ha alcanzado un estado de descomposición avanzado. El humus es muy estable, con una gran capacidad para retener agua y nutrientes, y también presenta una carga negativa, similar a las arcillas.

¿Por qué es importante?

  1. Esta estructura va a permitir que los cationes de los que se ha hablado anteriormente se retengan en el suelo. El resultado de esta combinación es una estructura con carga negativa, que va a atraer a los cationes con carga positiva como calcio (Ca²), magnesio (Mg²), potasio (K), sodio (Na), y otros nutrientes esenciales. Estos cationes van a quedar adheridos y disponibles para las plantas y a diferencia de los aniones no van a poder ser desplazados por el agua mediante la lixiviación. Por simplificarlo un poco digamos que puede definirse como la despensa de las plantas.
  1. El complejo arcillo-húmico actúa como un agente cementante que une las partículas de suelo más pequeñas (como las arcillas, limos y arenas) en agregados más grandes y estables. Estos agregados mejoran la estructura del suelo al:

·       Reducir la Compactación: Un suelo con buena agregación tiene menos tendencia a compactarse, lo que facilita el crecimiento de las raíces y mejora la aireación.

·       Mejorar la Infiltración y Retención de Agua: Los agregados permiten que el agua penetre en el suelo más fácilmente y se retenga en los microporos, al tiempo que los macroporos permiten un buen drenaje y aireación.

Los agregados creados por el complejo arcillo-húmico aumentan la porosidad del suelo, lo que es vital para:

Aireación: Los poros más grandes (macroporos) permiten el intercambio de gases entre el suelo y la atmósfera, proporcionando oxígeno necesario para las raíces y los microorganismos del suelo.

Movimiento del Agua: La porosidad también facilita la absorción y el movimiento del agua a través del perfil del suelo, evitando la escorrentía superficial y mejorando la disponibilidad de agua para las plantas.

Es por todo esto que resulta de vital importancia la presencia de arcilla y de humus en los suelos. Generalmente los agricultores desprecian la arcilla porque son suelos difíciles de labrar. Y el humus sin la acción de los microorganismos y la materia orgánica es inexistente. Por lo tanto, es indispensable la presencia de estos dos elementos para una regeneración del suelo.

Esto no quiere decir que en los suelos arenosos no se puedan regenerar. El humus también forma agregados en los suelos arenosos, solo que su capacidad de intercambio catiónico es menor.

6. Alimentación de las plantas e intercambio catiónico 

El intercambio catiónico es un proceso químico que ocurre en el suelo, donde los cationes (iones con carga positiva) presentes en la solución del suelo son intercambiados con los cationes que están adsorbidos en las superficies de las partículas de arcilla y materia orgánica (como el complejo arcillo-húmico).

7. ¿Cómo Funciona?

Para empezar las raíces de las plantas respiran, y liberan CO2 a la solución del suelo. El CO2 mezclado con el agua H2O va a formar ácido carbónico (H2CO3). El ácido carbónico va a soltar un Hidrógeno a la disolución del suelo y quedará como bicarbonato (HCO3). La molécula de Hidrógeno no tiene electrones, sólo tiene protones en el núcleo con lo cual la carga es mayor que la del resto de iones y va a tener una mayor atracción hacia el complejo arcillo húmico que soltará un catión ya adherido para fijar el Hidrógeno. Este catión pasará a la disolución del suelo  y será absorbido por las plantas.

Este intercambio es crucial para la nutrición de las plantas, ya que permite que los cationes esenciales sean liberados desde la superficie de las partículas del suelo a la solución del suelo, donde pueden ser absorbidos por las raíces de las plantas.

Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC)

La capacidad de intercambio catiónico (CIC) es una medida de la capacidad de un suelo para retener e intercambiar cationes. Es un indicador importante de la fertilidad del suelo. Los suelos con una alta CIC pueden retener más nutrientes y liberarlos gradualmente a las plantas, lo que es beneficioso para el crecimiento y desarrollo de los cultivos.


Bibliografía

Lowenfels, J.,2013, Cultivar con nutrientes, Editorial Melusina